Al momento de meterse en el cuarto oscuro, Susana Martí optó por la boleta de La Libertad Avanza. Pero sin demasiada convicción. “La provincia de Buenos Aires siempre fue peronista, es difícil cambiarlo. Yo voté a LLA porque la alternativa no me convencía, muchas de las formas no han sido adecuadas. Es culpa de ellos mismos: tratar mal a la gente, las denuncias de coimas, eso les quitó un montón de votos”, dice esta vecina de Acassuso. Y remata con cierta desilusión: “Lo de ayer fue una paliza enorme. El 26 de octubre se verá lo que opina el resto del país”.
Ni siquiera los triunfos de los intendentes violetas lograron rebatir la rotunda derrota de La Libertad Avanza. En este contexto, San Isidro y Vicente López ratificaron su inmunidad al peronismo aportando triunfos de alrededor de 20 puntos para los libertarios. Y la localidad sanisidrense de Acassuso fue su abanderada, con el 74,60% de los votos para LLA.
Si se trata de identificar el epicentro exacto del voto libertario en Acassuso, el mapa se ubica en la institución bilingüe Riverside School, donde LLA arrasó con el 77,51% de los votos y Fuerza Patria apenas obtuvo un 11,41. Se trata de una zona residencial en la que viven familias de clase acomodada.
El lunes por la mañana, en los alrededores de este colegio donde votó buena parte del barrio, había movimiento escaso: los autos pasaban con ritmo apurado hacia Panamericana y pocos vecinos tomaban café en confiterías tradicionales de la zona.
Pese a que la atmósfera era más de rutina que de jornada poselectoral, algunos residentes que circulaban se hicieron un momento para reflexionar sobre los resultados en la provincia de Buenos Aires, donde el peronismo hizo valer su hegemonía y el gobernador Axel Kicillof salió fortalecido.

“Yo no estoy de acuerdo con que gane Milei, pero en esta zona se veía venir. La gente igual tiene esperanzas, están conformes con cómo se viene gestionando acá”, señala Alejandra, una vecina de 60 años, que vive en Olivos, aunque trabaja en la zona baja de Acassuso
Alejandra cuenta que escucha a diario a dos hombres que discuten de política en la esquina, que es interesante oírlos. Ninguno de ellos quiso dar un testimonio formal a LA NACION, pero sí dejaron algunas palabras: “Al parecer, la gente quiere que se dispare el dólar y que la inflación sea del 200%. Ahora no se pueden quejar”, dijeron decepcionados por los resultados de del domingo a nivel provincial.
Bárbara, una vecina que atiende una panadería en la zona aledaña a la estación Acassuso, se inclinó por el candidato local libertario, aunque admite que en su círculo la opinión estaba dividida. “Lo voté al Pana Álvarez para darle una oportunidad al intendente Ramón Lanús, en realidad. Está hace muy poquito y necesita apoyo”, plantea.

Julieta, dueña de una librería, repara en algo que muchos vecinos mencionan de costado: el ausentismo. “Vi que muy poca gente fue a votar, eso me pareció raro, como poco compromiso”, indica.
Su voto fue para la lista completa de La Libertad Avanza. Afectada en carne propia por la política de discapacidad (tiene un hijo con esa condición), admitió que la decisión fue más pragmática que entusiasta: “Sé que lo otro no lo quiero, porque no ayuda”.
Lorena, en cambio, optó por votar en blanco. “Perdieron credibilidad con todo lo que pasó. Los jubilados fueron muy golpeados, mis viejos son jubilados y la jubilación mínima no alcanza. Es algo que no se soluciona de un día para el otro”, sostiene. Y remata: “La clase media se va achicando cada vez más. Yo estoy alquilando y se hace imposible”.

Constanza, una comerciante de la zona, directamente se ausentó. “Es la primera vez que no voy, estoy harta. Cansada del mismo discurso contra los kirchneristas, no sirve. Hay que decir algo más, algo con credibilidad”, opina.
Su marido, de 60 años, tampoco fue a las urnas: “Él estuvo con La Libertad Avanza desde el principio, en las mesas, pero sintió que fueron desplazando a la gente fiel y metiendo otras caras. Eso le quitó ganas”. La decisión de faltar, en su caso, se mezcló con desilusión hacia un espacio al que alguna vez acompañó.
El caso de Nicolás es atípico. Votó a La Libertad Avanza en la boleta local porque valora obras y cambios en el municipio, pero no apoya a Javier Milei. “La economía está mal orientada”, señala.
En su lectura, el escándalo de las presuntas coimas en el área de Discapacidad fue “un paso gigante para atrás”, aunque reconoce que también hay medidas de transparencia y de reformas en el Estado que celebra.

Este lunes en Acassuso quedó claro que, detrás de los porcentajes y los números de mesas escrutadas, hay un clima más ambiguo que el de los discursos partidarios y los resultados de la zona.
A pesar de ser el distrito donde LLA obtuvo su mejor resultado, se repitieron algunas constantes en las voces de los vecinos: la decepción por las presuntas coimas y los cuestionamientos por los recortes a jubilados y a personas con discapacidad.
La resignación y la expectativa conviven en estas calles. “Este señor es el menos peor”, sintetiza una vecina.
Otra coincidencia entre los electores de esta zona es que tienen muy claro a quién no quieren votar. Monitorean la gestión libertaria a nivel local y nacional, pero saben que no quieren volver “a lo anterior”.